Intimidación y amenaza: el arma de los cobardes
Es de valientes lanzarse a la vida pública repleto de ideas, de sueños, de anhelos y con el compromiso de construir una mejor sociedad.
Es de valientes recorrer comunidades deprimidas y olvidadas en un rincón del país, convertirse -por convicción- en sus voceros, ante esferas de poder centralizadas, miopes, a veces indolentes y otras tantas incapaces de llevar el Estado allá, donde tanta falta hace.
Es de valientes no sucumbir ante la desesperanza de no poder realizar la transformación social que los pueblos del Caribe se merecen en tiempos récord, lograr una acción relacional entre las instituciones y las comunidades, que permita cambiar la relación de poder entre los sectores con más ingresos y los de menos; que domestique esta desigualdad extrema.
Es de valientes alzar la voz y contar de frente las necesidades de seguridad, movilidad, salubridad, ingresos, salud y educación de las comunidades marginadas de la dinámica social del Estado.
Es de valientes levantarse cada día, buscando que se dignifique la vida, se ejecuten las obras, se de buen uso de los recursos públicos, se proteja el ambiente, se apoye el campesino, se promueva el empleo, la vivienda, el acceso a los medios de producción y se reorienten las políticas estatales. Que se conozca la verdad.
De cobardes es esconderse tras una llamada para intimidar, amenazar y amedrentar. De cobardes es escudarse en un arma para acallar las voces de las comunidades, accionar un gatillo para silenciar a quien piensa distinto. Y es más de cobardes y criminales involucrar a los niños en este tipo de actos de barbarie.
Por todo esto, rechazo las amenazas en contra del diputado Manuel Berrio, su hija y su familia. Rechazo que se amedrente a la Asamblea del Departamento buscando frustrar su trabajo y acciones en función de la gente.
En momentos como el que atraviesa el país no podemos dejar de denunciar y alzar la voz ante los actos de los cobardes. Como Congresista, como ciudadana y Bolivarense, exhorto al Gobierno nacional, al Congreso de la República, a la dirigencia del departamento, a la sociedad civil y a las comunidades a rodear sus instituciones, a no permitir que se ciña mordaza alguna sobre las corporaciones públicas; a los diputados y concejales, no desistan en el empeño deafianzar los Concejos y Asambleas como los escenarios para la discusión de los grandes temas y proyectos de los municipios y del departamento; a robustecer el control político, y a trabajar incansablemente por el progreso de nuestros pueblos